11.8.05

Bueno, bueno, acá tienen no se quejen

De haber sido otra mujer no hubiera sospechado nada, pero tratándose de Flor la preocupación era justificada. Hacia dos semanas que me decía Diego y no Dieguis. Un estúpido detalle, de haber sido otra. Pero en ella sabia que era un camino de ida y que en lugar de tirarme con un plato de fideos, se iba a quedar esperando marchitarse. Mientras yo iba teniendo el cuidado de quitarle los pétalos que se iban poniendo malos. Así la iba a ir deshojando hasta que quedase con el esqueletito al aire totalmente seco para que algún ventarrón la lleve.

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